Edgar Ortíz estudió Ingeniería en Prevención de Riesgos en Inacap en el año 2009. Para cumplir uno de sus sueños, firmó el documento que le garantizaba el 100% del Crédito con Aval del Estado (CAE) con el Banco Scotiabank, por un monto cercano a los $4 millones.
En cuarto año de carrera, por asuntos personales, decidió congelar sus estudios. Lamentablemente, debido a una falta de coordinación por parte de la Universidad, no procesaron su solicitud como Edgar había pensado, y el CAE siguió activo.
Al intentar retomar sus estudios en el quinto año, la Universidad le reprobó un curso que no podía permitirse perder. Ante esto, solicitó a Inacap la devolución de una parte del dinero del CAE. Después de varios intercambios de documentos, Inacap finalmente no le devolvió nada, por lo que optó por obtener un título técnico para no perder los años invertidos en estudio.
Sin embargo, surgieron problemas una vez que obtuvo el título técnico. Un día, recibió un correo informándole que el Banco Scotiabank había iniciado una demanda por la deuda del CAE de $10.380.218. La receptora judicial se dirigió al domicilio de sus padres en la Región de Coquimbo, donde Edgar ya no vivía desde hacía más de 10 años, pues actualmente reside en Santiago.
Inicialmente, Edgar menciona que pagó 7 cuotas del CAE, cada una por un monto cercano a los $100.000 mensuales. Sin embargo, se dio cuenta de que las cuotas no estaban reduciendo la deuda, sino que aumentaban. Fue en ese momento cuando se cruzó en su camino Defensa Educación.
“Juan Pablo se contactó directamente conmigo. Me dijo que asistiera a su oficina. Asistí, conversé con él, todo claro, todo transparente. Me dijo que tenían un convenio con una notaría para firmar el poder notarial, hice el trámite, todo rápido, expedito, y después de eso, Juan Pablo me dijo que no me preocupara, que el estudio estaba haciendo los trámites con mi caso, y que cualquier novedad me iban a avisar”, recuerda Edgar.
Ortiz menciona que siempre se sintió tranquilo con la asesoría, pues ver las experiencias y testimonios en las redes sociales del estudio, especialmente en Instagram, le ayudó a decidirse a solicitar la primera asesoría gratuita. Después de eso, la vida le trajo varias buenas noticias en poco tiempo.
“Gracias a ustedes, mi vida fue en ascenso. Pude volver a estudiar, claramente lo pagué yo esta vez, y ahora soy Ingeniero Industrial. Me ha ido bastante bien después de junio del 2020, donde salió la resolución positiva. De hecho, estoy cumpliendo 4 años absuelto. Estoy totalmente agradecido con el estudio, me cambió la vida”, agradece Edgar.
El ingeniero explica que era realmente angustiante y difícil pagar casi 240 cuotas hasta el año 2036. Reconoce también que, si hubiera pagado lo que efectivamente le prestaron más un pequeño remanente por el préstamo, estaría dispuesto a hacerlo. Sin embargo, se negó firmemente a pagar casi tres veces más de lo que originalmente había solicitado.
“Era una locura. Cuando tomé el CAE era mi única solución de poder estudiar, de salir adelante, entonces la tomé pensando que me iban a cobrar lo que estaba ocupando. Pensé en un par de cuotas, 3-4 años, pero cuando fui a ver que eran más de 240 cuotas, la verdad que era algo insostenible, que te iba a limitar en muchos aspectos de la vida. Tuve que actuar de esta forma buscando información, acercándome a ustedes”, explica Edgar Ortíz.
Edgar aprovecha la oportunidad para agradecer la gestión y el apoyo brindado por Defensa Educación durante su proceso judicial. Esto le permitió obtener su ingeniería, apoyar económicamente a su familia y continuar cumpliendo sus sueños de vida.
“Cuando me puse a investigar, encontré que Juan Pablo había salido en entrevistas exponiendo lo que realizaban, cuando estaban recién saliendo en todos lados. Me daba bastante confianza cómo enfrentaba los temas, como sabía que el CAE era un engaño, que no era lo que pintaban como una ayuda para el estudiante, era condenarte a una cárcel”, dice Edgar recordando el momento donde conoció a Defensa Educación.
“Gracias al estudio, por las redes sociales viendo los videos, los casos, los comentarios y después conociendo personalmente con Juan Pablo, la decisión fue la mejor, la más acertada. Recomiendo el estudio porque a muchas personas que no tienen los medios económicos o que vienen de abajo, les ayuda enormemente a conseguir logros, metas, que no sea una limitante, a no seguir adelante”, culmina Edgar Ortíz.