Triunfo de Michelle Labraña y Defensa Educación: se liberó de una deuda CAE de $18.676.677 con el Banco Scotiabank

Michelle Labraña Ruz se liberó de pagar $18.676.677 al Banco Scotiabank. "En menos de dos años, la deuda subió más de 3 millones, llega a ser patético el interés que cobra, absurdo, de una Universidad que ni siquiera existe", declaró.

Era el año 2012, en la Región Metropolitana, cuando Michelle Labraña Ruz ingresó a estudiar Psicología en la extinta Universidad Arcis. Para cumplir su deseo universitario, llegó a un acuerdo junto a sus padres: ellos le costearían el primer año de carrera, para luego, desde el segundo en adelante, acceder al Crédito con Aval del Estado, que en ese entonces le exigía buenas calificaciones a los estudiantes para obtenerlo, o bien, para renovarlo.

Michelle cuenta que cuando recibió el contrato, que la vinculó económicamente con el Banco Scotiabank, no leyó prácticamente nada, ya que solo pensaba en acceder al crédito para poder estudiar, puesto que no contaba con los medios para costear el arancel total de la carrera. “Casi a todos nos pasa lo mismo, que lo pedimos y firmamos sin saber lo que estábamos firmando, por el hecho de querer estudiar nomás. Era la única alternativa, porque los aranceles eran super caros, siguen siendo carísimos, y no se podía pagar”.

“Me acuerdo de que eran muchas hojas, que al final no leí nada, y lo que leí obviamente no lo entendí, porque más encima te lo pasaban y te pedían firmar rápido porque venía el siguiente. Tenía 19 años, la comprensión lectora en ese tiempo tampoco era buena, tampoco había una educación bancaria anteriormente a eso. Lo firmé sin elegir banco, sin elegir la tasa de interés, sin elegir cuantos años voy a pagar, simplemente llegas y lo firmas, y todos los años lo vas pidiendo al 100%. Después llegan, te cobran y no te das ni cuenta lo que tienes que pagar., complementa Michelle.

La psicóloga admite que, en un comienzo y después de varios años tras haber firmado con 19 años, se asesoró con información más concreta sobre el Crédito con Aval del Estado. Una vez más orientada, dice encontrar “super violento el tema del CAE, porque te sientes amarrado, no encuentras otra manera de poder pagar la Universidad, que al final sigue siendo carísimo”.

Además, Michelle cuenta que sintió molestia al momento en que le comenzaron a cobrar el CAE, ya que estaba vinculado a una Universidad que cerró sus puertas. Cabe recordar que, a través del Decreto Nº 136, del 29 de junio 2017, el Ministerio de Educación revocó el reconocimiento oficial y canceló la personalidad jurídica de Universidad ARCIS a contar del 31 de enero de 2018, decretando su cierre definitivo a partir del 31 de enero del 2021.

“Me están cobrando algo de la Universidad que no existe. Tú vas a Libertad 53, donde estaba la ARCIS, hay unos condominios pero estupendos, no está. Nada avala que estudié ahí, el título dice ARCIS, pero nada más”, explica Michelle Labraña.

UN ACORDEÓN AZUL LO CAMBIÓ TODO

Michelle cuenta que, en plena pandemia por el Coronavirus, se enteró de que debía el CAE a través de un llamado telefónico del banco, donde fue informada que contaba con una morosidad de cinco meses. “Empecé a sacar la cuenta, y eran aproximadamente $350 mil, o un poco más, en deuda del banco, y me daban como un plazo de 5 días para pagarla o repactar la totalidad para que no me siguiera subiendo el interés”, explica, agregando que, en ese momento, se encontraba cesante y sin poder hacer nada producto de la pandemia.

En ese momento, Michelle recordó el momento en que conoció a Juan Pablo Rojas. En el año 2016, cuando aún estaba en su proceso universitario, Michelle trabajó en una tienda de música ubicada en un centro comercial. Juan Pablo ingresó al local para comprar un acordeón azul, Michelle le solicitó su correo para adjuntar la boleta de la compra y ahí comenzó el primer acercamiento con Defensa Educación. “Me dice su correo y me dice algo de ‘Juan Pablo CAE’. En ese momento le dije que le iba a hablar porque debo como $11 millones, soy de Arcis”.

Cuando recibió los primeros cobros del CAE, Michelle se acordó de aquella conversación con Juan Pablo Rojas, contactándolo nuevamente para comenzar su primera asesoría con el estudio jurídico. En un comienzo, @jprojasdeudas le informó que su proceso duraría cerca de dos años, que finalmente fueron tres producto de la pandemia. “Llegué a ustedes, iba a la notaría, hacía lo que ustedes me pedían, mi clave única, me tenían completamente informada. Ni siquiera tenía que pedirles la información de como iba el proceso, era constante la información que te iba llegando”.

Una vez culminado el extenso proceso judicial, Michelle Labraña recibió el tan anhelado correo donde fue informada del término exitoso, liberándose del millonario pago. “Me senté a leerlo y resultó, ya no tengo la deuda. Empiezo a ver, me meto al poder judicial y había resultado, entonces fue como ‘realmente esto funciona’. Fue un alivio super importante”.

“Las notificaciones que salían desde Tribunales decían que habían venido tales fechas, y esas fechas yo estaba en la casa porque estábamos en pandemia. Nunca escuché ningún ‘aló’ afuera de la casa, y ellos decían que habían venido, me habían notificado y que yo había dicho que no quería pagar. Estos tipos mienten descaradamente hasta en los Tribunales”, acusó Michelle en relación con las notificaciones que recibió.

La psicóloga admite que, pese a tener algunas dudas a comienzo luego de contactar al equipo de Defensa Educación, encuentra una tranquilidad el no recibir constantes llamados del banco para cobrar el Crédito con Aval del Estado, ya que, según sus propias palabras, mucha gente se angustia al no poder pagar la deuda. “Es un tema violento, es mucha plata. Mi carrera costaba como un millón mensual, en total eran unos 5-6 millones del CAE. Terminaron siendo $11 cuando salí, y cuando me terminaron cobrando fueron 15. En qué momento, y quién regulariza, que suba tanto”, cuestionó Michelle.

Por otra parte, también admitió que pensó y analizó la opción de poder estudiar otra carrera. Sin embargo, Michelle dijo que descartó de lleno esa alternativa, ya que “viendo los aranceles, o sobrevivo o estudio de nuevo, pero las dos cosas no funcionan, es demasiado caro”.

LA FELICIDAD DE LA SENTENCIA

Una vez que leyó completamente el correo final, y de haber entendido la sentencia, Michelle cuenta que se encargó “de contarle a medio mundo que esto había funcionado. Se siente rico cuando las cosas salen bien. No estamos hablando de una deuda de una multitienda que deba $180 mil y la pagué. Era una deuda de $15 millones. Con esos 15 palos me compro un auto del año, entonces no es menos. Con esos 15 palos qué no puedo hacer. Fue una alegría y un alivio tremendo decir que ya salí de esto, que no tengo que pagar y que no estoy endeudada”.

Bajo esta misma línea, Michelle Labraña invitó a la gente, pese a admitir que hay una desinformación general con relación a la deuda por CAE, a perder el miedo, a dejar de pagar y confiar en Defensa Educación. “Vivimos en un país donde sí te venían a embargar la casa cuando tenías una deuda, entonces ese miedo falta perderlo, y con la gente que he hablado tienen ese miedo, de caer en un embargo o en una deuda más grande. Pero igual la banca, la tele, los medios de comunicación, se encargan de generar ese miedo”.

“Con estas cosas uno no pierde nada. Yo me arriesgué con ustedes y terminé ganando muchísimo. Te vas a demorar dos años, pero vas a estar ahorrándote 20 años de estar pagando una carrera que ya está pagada”, dijo Michelle, complementando que “recomiendo, pero al 100% Defensa Educación. Fue una experiencia bastante buena. Uno piensa que es complicado confiar en un abogado, pero darle el apoyo totalmente a ustedes. Han sido un equipo bastante sincero, super transparente”.

Finalmente, Michelle advirtió que el proceso efectivamente demora, pero que es efectivo y termina con un final feliz. “De repente hay que atreverse, qué más puedo perder. Si alguien está como en la duda, te va a funcionar igual. Se va a tardar, se va a demorar, pero funciona. Son personas bastante congruentes con lo que dicen. Te contestan al tiro las dudas. Un día pregunté algo y a los cinco minutos me llegó el correo de vuelta. Uno se siente acompañado”.

“Fue el destino. El destino nos juntó, pero agradecido con el destino y con el acordeón azul por haberme juntado con ustedes”, agradeció Michelle al culminar su emotivo y extenso testimonio. Gracias a un acordeón azul se pudo liberar de pagar más de $18 millones.

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