“Cuando vi que tenía que pagar $35 millones, quedé en shock. No me imaginaba que iba a ser más del doble de lo que pedí”

Catalina Céspedes, que se liberó de pagar $35.467.670 al Banco Scotiabank, agradece que "podemos vivir tranquilos como familia, y sobre todo, con un buen futuro para mi hijo".

Desde Cabo de Hornos, el territorio más meridional de la isla de Hornos y del archipiélago de Tierra del Fuego, Catalina Céspedes narra su experiencia con Defensa Educación.

Catalina ingresó a estudiar Enfermería en la Universidad Santo Tomás de Viña del Mar. Según cuenta, el primer año solicitó el Crédito con Aval del Estado para costear el 40% del arancel anual, ya que, gracias a la ayuda de sus padres, pudo pagar el otro 60% al contado. Luego, al segundo año y ya con una independencia por delante, decidió adquirir el 100% del CAE hasta el término de su carrera.

“Yo calculaba que, más o menos, iba a pagar como unos 15-18 millones a lo mucho, más los intereses. Cuando terminé la carrera, y vi que tenía que pagar 35 millones, quedé en shock. No me imaginaba que iba a ser más del doble de lo que pedí, considerando que el primer año era solamente el 40% del crédito y no el total. Es harto el interés que cobran”, expresa Catalina, con evidentes risas nerviosas al recordar cuando se enteró de la deuda.

Una vez que finalizó su proceso universitario, Catalina esperó los 18 meses que deben pasar para que empiecen a cobrar la primera cuota del CAE, antes yendo al banco para renegociar y lograr bajar, en el mejor de los casos, el valor de las cuotas mensuales. A los 17 meses, recibió un mensaje de texto informándole que, desde el próximo mes, comenzaría el cobro. En el mensaje, venía desglosado que “tenía que empezar a pagar más de $200 mil mensuales. Era mucha plata, por más de 20 años. Uno sufre en ese momento”.

“Me vi totalmente adeudada, nunca pensé que iba a tener una deuda tan grande, y siendo tan chica. Nunca me imaginé que iba a tener una deuda de 35 millones, más encima pagando 200 mil mensuales. Ni siquiera tenía trabajo estable, porque como era pandemia, trabajaba con turnos y quizás ganaba un poco más del doble de eso. Me vi mal, muy mal. Aparte, mi hijo, en ese momento, tenía que ir al Jardín. No me iba a alcanzar para pagar nada, estaba totalmente acomplejada”, dijo Catalina.

DEFENSA EDUCACIÓN, EL ALIVIO Y SALVACIÓN

En ese momento, Catalina cuenta que ya conocía a Defensa Educación, ya que seguía las cuentas oficiales a través de redes sociales. Decidió escribir, contactarse con el equipo jurídico y comenzar su proceso, que culminó de la mejor manera posible. Luego de dos años, de un extenso procedimiento judicial, se liberó de pagar $35.467.670 al Banco Scotiabank.

Cuando recibió el correo, informándole el positivo término de su causa, Catalina recuerda que “no lo podía creer. Me llegó el mail y decía que el proceso había salido favorable. Definitivamente, no lo podía creer. Le mostré el correo a mi esposo, a mis padres, a mi hermana para que me dijeran que realmente había ganado la sentencia, y ellos me decían que salió favorable. Volví a mandar otro correo confirmando que era así. Fueron super amables. Me volvieron a responder que la sentencia había salido positiva, que ya había terminado todo”.

Catalina Céspedes agradece el haber vivido el proceso junto a Defensa Educación, ya que fueron cerca de dos años en total. Catalina contactó al estudio antes de ser demandada por el banco, por lo que “yo les preguntaba todas las semanas por el caso, y siempre me respondían con la mejor disposición. Siempre con las mejores palabras. Definitivamente, fue sacarme un peso de encima”.

“UNA VIDA MÁS TRANQUILA, MÁS FELIZ”

Catalina culmina su testimonio invitando a toda la gente a confiar en Defensa Educación, porque “realmente se toman el tiempo de responder, y siempre con la mejor disposición. Que tengan paciencia, porque igual no es algo rápido, pero que todo va a salir bien. Realmente uno no piensa, uno piensa que de verdad va a ser más engorroso, que va a costar más, pero en realidad uno no hace nada, lo hacen todos ustedes. Me vine a vivir bien lejos y, gracias a ustedes, pude seguir trabajando en esta empresa”.

Hoy, desde Cabo de Hornos, mediante una emotiva videollamada, Catalina cuenta que tiene una vida más tranquila, más feliz, ya que puede entregarle una buena educación a su hijo, sin tener que pagar una tremenda deuda que la complicaba, sobre todo por los cobros mensuales. Catalina Céspedes agradece que “podemos vivir tranquilos como familia, y sobre todo, con un buen futuro para mi hijo”.

¿Tienes una deuda que no te deja vivir?

¡nosotros podemos ayudarte!