Septiembre de 1973: el duro golpe a la Educación Superior

Presupuesto Fiscal con evidente desigualdad, reformas universitarias y casas de estudio con armamentos de guerra son algunas de las duras consecuencias que vivió la Educación Superior en el Golpe Militar.

El Golpe de Estado del 11 de septiembre de 1973 provocó un profundo y categórico cambio en la Educación Superior. En ese momento, Chile contaba con ocho universidades, con dos de ellas que pertenecían al Estado que, hasta ese momento, era gobernado por Salvador Allende. Estas casas de estudio entregaban educación pública gratuita, abarcando al 2/3 del total de los alumnos universitarios a nivel nacional.

Estas Universidades eran la de Chile, de Concepción, Austral, del Norte, Católica, Católica Valparaíso, Federico Santa María y Técnica del Estado. Esta última fue la primera casa universitaria que sufrió las duras consecuencias del Golpe Militar de 1973, ya que, ese mismo día 11 de septiembre, dentro de la tarde, recibiría la visita de Salvador Allende, quien iba a participar de la exposición “Por la vida siempre” para anunciar una salida democrática al momento social y político polarizado que se vivía en Chile.

Sin embargo, la visita por temas lógicos no se alcanzó a efectuar. Al día siguiente, el 12 de septiembre, tras las primeras horas del Golpe Militar, la Universidad despertó sobre-poblada de armamento de guerra, convirtiéndose en una de las primeras instituciones gobernadas por la Dictadura.

Desde el primer día, estudiantes, profesores y funcionarios universitarios fueron víctimas de una dura y violenta represión en las diferentes casas de estudios, abandonando sus labores profesionales, estudiantiles e incluso, muchos de ellos, dejaron el país como exiliados por el Gobierno Militar. El 28 de septiembre, el gobierno militar del exdictador Augusto Pinochet realizó una importante intervención a la educación superior, reorganizando directamente las ocho universidades anteriormente mencionadas.

El almirante Hugo Castro Jiménez, quien participó en la planificación del Golpe de Estado, ya que era uno de los hombres de confianza del almirante José Toribio Merino, fue nombrado como ministro de Educación Superior, por lo que el control de la educación pasó al poder absoluto de la Armada de Chile. El almirante argumentó esta decisión, puesto que, según sus propias palabras, las universidades “se convirtieron en centros de adoctrinamiento y propaganda marxista, amparando la violencia y el armamentismo ilegal”.

PUBLICACIÓN EN EL DIARIO OFICIAL

El 2 de octubre de 1973, el Diario Oficial publicó el “Decreto N.º 50 de la Junta Militar”, con un único y concreto artículo en su descripción: “La Junta de Gobierno designará en representación rectores-delegados en cada una de las universidades del país. Estos rectores-delegados cumplirán las funciones y ejercerán todas las atribuciones que corresponde a los rectores de las universidades en conformidad con las normas legales vigentes y demás acuerdos o resoluciones dictadas en su virtud”.

VARIACIÓN DEL PRESUPUESTO FISCAL

Entre 1973 y 1981, en una de las primeras acciones concretas de la Dictadura Militar en el área de la educación, se presentó una variación en el Presupuesto Fiscal asignado a cada universidad. La Universidad de Chile, la más antigua en la historia del país, tuvo una disminución de 18,6% de su presupuesto total, la Universidad Técnica del Estado disminuyó un 12,9% y la Universidad de Concepción un 5,7%.

Las casas de estudio que más aumentaron su presupuesto fueron la Universidad Católica con 89,6%, la Universidad Austral con 34,9% y la Universidad del Norte con 22,2%. Por su parte, la Universidad Católica de Valparaíso solamente aumentó 3,4% y la Universidad Técnica Federico Santa María un 2,6%.

REFORMAS UNIVERSITARIAS

En 1980 se aprobó la Constitución a seis años del Golpe Militar. Dentro de las reformas de educación, en las que participaron Augusto Pinochet, el almirante José Toribio Merino, el comandante en jefe de la Fuerza Aérea Fernando Matthei, el director general de Carabineros César Mendoza, ministros, asesores uniformados y civiles, abrieron la posibilidad para crear universidades como corporaciones o fundaciones sin fines de lucro, reforma que evidentemente no floreció.

Información entregada por el libro “La universidad pública amenazada: 40 años en el mercado chileno de la Educación Superior”, escrito por los académicos María Olivia Mönckeberg Pardo y Ennio Vivaldi Véjar.

¿Tienes una deuda que no te deja vivir?

¡nosotros podemos ayudarte!